¿Aplicarías la bóveda catalana​ como elemento de valor dentro de tus espacios de nueva construcción?

Rosa Colet y la bóveda catalana. Jordi Domènech.

Nos llena de ilusión encontrarnos con este tipo de construcciones tras el cañizo de una casa antigua a reformar pero, ¿qué ocurriría si este no es existente y decidimos aprovechar la técnica para aportar un valor añadido a nuestra intervención?

Se trata de un elemento a simple vista sencillo, austero; al fin y al cabo se construye con ladrillos cerámicos de realización manual o industrial unidos entre sí para crear una curva o, como su nombre indica, una ‘volta’, la cual puede o no descansar sobre viguetas de materiales como el hierro o la madera. Pero es justamente en su sencillez que reside su belleza, facetas que a veces pecamos de obviar: además de transmitirnos un sentimiento acogedor, natural y de historia, la volta catalana puede llegar a ser una obra en si misma, pues algunos de los que las elaboran realizan minuciosos trabajos con los que consiguen desafíar a la gravedad.

Un claro ejemplo es el de la obra que está realizando Eduardo Reboredo en El Masnou, donde cuenta con el especialista Jordi Domènech. Jordi lleva toda su vida manteniendo viva esta tradición constructiva tan interesante. Culturalmente realiza un trabajo importantísimo, pues hace que perdure este símbolo de la arquitectura potenciado hace años por Guastavino y Gaudí, nada menos, pero además lo hace consiguiendo resultados preciosos, innovadores y sorprendentes.

Imagen de la volta catalana diseñada por Jordi Domènech cortesía de Rosa Colet Interior Design.

En Masnou está realizando una bóveda -que Jordi ha bautizado con el nombre de ‘Bóveda de olas invertidas’– donde la «ola» que nace por un lado cóncava, termina convexa en el lado opuesto.

Encontramos este acabado una solución atemporal perfectamente aplicable tanto por su nivel estético como por sus características y mantenimiento (ya que es bien poco). Aplicable tanto en vertical como en horizontal: desde en cubiertas, escaleras o paredes hasta en falsos techos como el de la imagen, este tradicional sistema de rasillas vistas vuelve poco a poco a estar en el punto de mira tanto de prescriptores como de los propios usuarios: pues cada vez más se buscan resultados sostenibles, ecológicos y que den valor a la artesanía y el trabajo manual. Bien sabemos que en esta era tan digitalizada nos harán cada vez más falta elementos como estos que nos re-conecten con la naturaleza, nuestros orígenes y tradiciones.

 

Jordi Domènech explicando a Rosa Colet y equipo su proceso de construir una Volta Catalana.

Bóveda Catalana diseñada por Jordi Domènech. Dibujo por Rosa Colet
Bóveda Catalana por Jordi Domènech. Imagen cortesía de Rosa Colet.

 

Estas imágenes son todas de la bóveda que está a punto de acabar en El Masnou. Creemos que desde el interiorismo debemos respaldar a personas como Jordi y potenciar los valores de las sinergias entre la artesanía y la modernidad. Es una apuesta por el diseño consciente y sensible, a través del cual podemos alcanzar resultados mucho más distintivos.

 

Dicho esto, ¿por qué no nos planteamos más a menudo recurrir a estas soluciones en vez de a un falso techo o a un tabique de pladur, por ejemplo? Conseguiríamos soluciones estéticas además de pragmáticas, así como elevaríamos la riqueza de la arquitectura interior.

 

Podéis también ver nuestro último post en Instagram donde dejamos algunas imágenes más del encuentro con Jordi. Y si deseáis ver más proyectos suyos, con una rápida visita a su página en Facebook podréis ver su alto nivel de expertise y sus magníficos acabados.

¿Consideras que ofrece un valor añadido con respecto a otras posibilidades?

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