El edificio de servicios del Telecabina el Tarter es más que un equipamiento nuevo, es una referencia de lo que representa la experiencia de esquiar en Grandvalira. El edificio se convierte en un espacio de acogida para el esquiador, ofreciéndole dependencias nuevas y múltiples servicios vinculados al deporte y al esquí. este espacio integra en el recorrido de las pistas de Grandvalira, formando parte de la montaña, alberga el telecabina existente y se convierte en un punto y seguido del recorrido. Crear un lugar no siempre significa delimitar, poner límites, definir introduciendo un espacio nuevo, construir o vaciar. la propuesta respeta la ambigüedad de los límites entre interior y exterior, entre arquitectura y paisaje, entre abierto y cerrado; convirtiéndose en una continuidad donde no hay límites.